El aire comprimido es un factor esencial para algunas industrias, como la farmacéutica y la alimentaria, entre otras. Es por ello que debe existir una referencia/norma que aplicar para determinar su calidad, en base al tipo y a la concentración de elementos contaminantes. La norma ISO 8573 es la que recoge los diferentes procedimientos que nos permiten clasificar la pureza del aire comprimido.
A nivel general, en el proceso que se realiza para la compresión del aire, puede darse una contaminación por agentes externos, siendo la más común la provocada por la humedad ambiental. Sin embargo, también existen otras que precisan atención, como son aquellas producidas por los vapores de hidrocarburos, partículas del polvo, polen, suciedad o microrganismos que se encuentran en el aire, y que pueden llegar a ser aspirados por los compresores.
Por otro lado, puede surgir una contaminación provocada por agentes internos. El propio aceite, que se usa de lubricante en los compresores, genera un aporte de hidrocarburos al flujo de aire, y el óxido que se pueda desprender de los conductos, ocasiona un incremento de la contaminación por partículas. Además, el estado y envejecimiento de la instalación puede hacer que entre en proceso de descomposición, afectando a la pureza del aire de diversas formas, por lo que, un correcto mantenimiento de la instalación y la realización de controles frecuentes, conseguirá que se mantengan las prestaciones óptimas del servicio.
La norma de referencia ISO-8573 clasifica los contaminantes del aire comprimido en 3 categorías: partículas sólidas, agua y aceite. En función de la concentración que se encuentre de cada uno de ellos se establecerá el grado de pureza del aire. Éste se expresa de la siguiente manera:
ISO 8573-1: 2010 [A: B: C], donde:
- “A” corresponde al grado definido para partículas sólidas
- “B” corresponde al grado definido para humedad y agua
- “C” corresponde al grado definido para el aceite total
En base a esta norma ISO, las industrias que hagan uso de aire comprimido deben someterse a auditorías para el análisis de estos puntos en sus instalaciones, siendo necesario alcanzar unos parámetros mínimos requeridos, que dependerán del proceso en el que se vea implicado este recurso.
En NSAP Tecnología realizamos este tipo de estudios para determinar qué nivel de pureza se está obteniendo respecto a la norma ISO-8573, y si los requerimientos establecidos de acuerdo al proceso/s en el que interviene el aire comprimido, llegan a alcanzarse.
NSAP Tecnología, enero 2023.